El centro tecnológico español Cartif ha diseñado una planta de tratamiento integral de residuos de distinto tipo, que permitirá un notable ahorro de costes.
El centro de la Fundación Cartif,   situado en el Parque Tecnológico de Boecillo   (Valladolid, noroeste de España), ha proyectado una planta mixta, con dos líneas de tratamiento: una de ellas para residuos orgánicos (procedentes de la ganadería, de la industria alimentaria o biomasa), y otra línea para residuos industriales, como los plásticos. Ambas funcionan en paralelo, de forma que aprovechan flujos energéticos, con el consiguiente ahorro de costes. 
La previsión es que la primera de estas plantas se instale en la provincia de Tarragona (noreste de España) y cuente con una capacidad de tratamiento de una tonelada de residuos a la hora. La planta lleva a cabo una digestión anaeróbica, un proceso mediante el cual unos microorganismos descomponen materia biodegradable, lo que genera unos gases que pueden ser utilizados como fuente energética. 
Además, se genera digestato, una mezcla de productos minerales, que en este caso se aprovecha para elaborar un abono de liberación lenta en el campo. 
El residuo sólido, originado por la reacción del biogás producido en la planta, se convierte en fertilizante por un proceso de cristalización. Este abono cuenta con un alto valor añadido, por su aportación lenta al suelo y al cultivo, que no ofrecen otros fertilizantes del mercado. Además, el proceso integral de tratamiento consigue cero emisiones a la atmósfera.